El discurso de odio no
es libertad de expresión
El Mundo no Puede Esperar | 12 de septiembre, 2017
La defensa del privilegio blanco le cuesta mucho a los
perjudicados. Pregúntale
a quienes hayan estado ahí.
La libertad de expresión americana protege a la gente
en contra de daño físico- y
tolera ilimitado daño emocional. Las víctimas del discurso de odio sufren
tanto o más que las víctimas de crímenes de odio”, argumenta el profesor de
derecho en Fordham, Thane Rosenbaum.
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La defensa liberal de los “derechos” de los fascistas provoca
mucho daño. Carol Christ, la nueva rectora de UC Berkeley encabeza el grupo de
académicos confundidos que hacen posible que la agenda fascista avance en las
universidades de este país. “Les
invitamos a pensar con mucho cuidado acerca de las vidas que están poniendo en
riesgo al darle una plataforma todavía más grande a los supremacistas blancos
de la que ya tienen”. Concluye la letra a Christ iniciada por los miembros
del departamento de antropología de Berkeley. El “año
del discurso libre” de la rectora empieza con la promoción del “talk show”
de Ben
Shapiro, de ideología de derecha, seguido por el regreso del infame e
intolerante provocador Milo Yiannopoulos, cuya presencia cruza con la
previamente programada conferencia de distinción de la Dra. Anna Tsing,
profesora de antropología en UC Santa Cruz.
La provisión de una plataforma no es lo mismo que
“libertad de expresión”, escribe el columnista de The Guardian, Owen Jones, "aunque ahora se intente
manipular esta noción para equipararlas. Si alguien se niega a
prestarte un micrófono no está vulnerando tu derecho a expresarte;
simplemente no te deja utilizar un recurso que le pertenece y que te permitiría
llegar a mucha más gente y difundir tus opiniones”.
MENOS
DISCURSO DE ODIO= MENOS CRÍMENES DE ODIO.
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